Aparecen las primeras discrepancias entre los miembros del grupo de Visegrado. Aunque todos siguen apoyando a Ucrania, Hungría y Eslovaquia no están dispuestos a seguir enviándoles armas. Una Hungría que, en cambio, va a enviar 200 soldados a Chad para ayudar a combatir el terrorismo y controlar la inmigración, dicen.

Y si finalmente es investido presidente de los países Bajos el ganador Wilders, puede que Rusia gane apoyos en Europa, dados los elogios que no hace tanto ha dedicado a Putin y a sus palabras sobre la «rusofobia histérica» del viejo continente, aunque por otra parte, bien es cierto que ha condenado la invasión a Ucrania.

Entretanto, el petróleo fluye por todos lados hacia Europa en un momento en que cae la demanda por culpa del deterioro de la economía europea y asiática (hay cola de petroleros para descargar en Rotterdam), sobre todo provenientes de EEUU y Guyana, para desgracia de Nigeria que no consigue vender el suyo, y para Arabia Saudí y Rusia que ya ven un desplome de los precios del barril. La próxima reunión de la OPEP+ se retrasará hasta finales de mes y quizá tomen la decisión de recortar nuevamente la producción… Y ello en un momento en que ambos necesitan dinero; Rusia para su esfuerzo de guerra y Arabia para su plan Visión 2030, que pretende diversificar su economía para no depender sólo del petróleo pero que, paradójicamente, debe sufragarlo con los ingresos del propio petróleo.

 

Redactado por:

Carlos J. Fernández-Morán Cadenas de Llano

Analista de inteligencia