Egipto y Jordania podrían sufrir enormes consecuencias económicas por los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen a barcos en el Mar Rojo.  Egipto, que gana unos 3.000 millones de dólares por los peajes del Canal de Suez, sufrirá un grave golpe económico por la suspensión del tráfico a través de la vía fluvial. Justo en un momento en que la economía egipcia ya estaba muy tocada.

Jordania, que tiene un solo puerto marítimo, el de Aqaba, podría ver completamente cortado su acceso, es decir, pondrá a Jordania bajo un bloqueo marítimo completo, y se espera que base sus  importaciones a través del puerto israelí de Haifa y el cruce fronterizo de Beit Shan. Pero al ver las rutas marítimas desviadas para evitar el mar Rojo, los productos y las cadenas de suministro encarecen los precios.

Pero Israel también sufre en su economía. A los gastos de la guerra con Hamás y la ralentización de sus empresas por falta de mano de obra (los reservistas han sido llamados a filas), hay que unir el desastre económico que sufrirá la ciudad portuaria de Eilat. Su turismo ha desaparecido, lo que ya es un fuerte golpe, pero el puerto de Eilat es también el responsable  del 5% del volumen total de las importaciones a Israel, y desempeña un papel importante en la exportación de potasa y la importación de automóviles: casi el 50% de las importaciones de automóviles a Israel se realizan a través de él.

Así pues, la  amenaza hutí provoca un cierre casi completo de la actividad económica en el puerto, perjudicando sus ingresos y la actividad de los empleados, proveedores y subcontratistas que le prestan servicios de apoyo.

Y todo ello con repercusiones en medio mundo. Lo que comenzó con un asunto local -Hamas/Israel- se ha convertido en una crisis global.

Ahora, Irán tiene atenazada a Arabia Saudita: por un lado, los hutíes aliados a Irán controlan el estrecho de Bab el Mandeb;  por el otro el propio Irán dominando el Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz. De momento Irán  y Arabia tienen un acuerdo sobre Yemen (cuyo mediador fue China) pero se siguen mirando con recelo. Esperemos que la tensión no supere ciertos límites. A ninguno le interesa realmente una guerra.

 

 

Redactado por:

Carlos J. Fernández-Morán Cadenas de Llano

Analista de inteligencia